Un Papa que divide a los ambientalistas y las feministas ¿Laudato Sí o Laudato No?
Me encontré con un grupo de amigas feministas en un bar esta semana, un día antes de la llegada del Papa al Perú y se hizo inevitable hablar sobre su llegada y las acciones que planeaban los grupos feministas en Lima. En Chile, no solo se quemaron iglesias, sino que se protestó contra el encubrimiento de curas pederastas. Desde el otro lado, el elogio ha llegado de muchos grupos ecologistas que resaltan el mensaje ambiental y social de la encíclica Laudato Sí, documento que solo escriben los Papas y que ha sido la base del diálogo con las comunidades indígenas de Madre de Dios.
Cuál es el rollo con Laudato Sí y por qué agrada a algunos y enoja a otras. En la mesa del bar, me encontré con varias posturas con respecto al tema.
Laudato Sí
Lo primero es desglosar algunos mensajes que da Francisco, que en la encíclica reconoce la problemática ambiental creciente, el cambio climático y rechaza el consumismo. Es un Papa bastante ecológico en su discurso. El Papa Francisco dio la palabra a las comunidades amazónicas:
“Sufriremos cuando envenenen y malogren nuestros ríos convertidos en aguas negras de la muerte”, refirió Yesica Patiachi Tayori del pueblo Harakbut.
“Los pueblos indígenas de la Amazonía queremos decir a toda la humanidad que nosotros también estamos preocupados porque la tierra se está malogrando, los animales se están reduciendo, los arboles están desapareciendo, los peces están muriendo y el agua dulce se va agotando por las consecuencias del cambio climático”, narró Tayori.
El presidente Kusinski escuchaba en primera fila los pedidos de las comunidades y el discurso crítico del Papa al neoliberalismo. PPK he demostrado ser un presidente complaciente que se acomoda a los discursos como mejor parece. No extraña que salude el discurso ambiental del Papa y flexibilice estándares de calidad ambiental o de permisos para proyectos sin consulta previa.
Ahora todos hablan de los pueblos indígenas
La crítica al neoliberalismo es rotunda. La prensa empieza a hablar sobre los Pueblos en aislamiento voluntario, el extractivismo, el consumo masivo de bienes. La llegada del Papa ha traído una ola de atención mediática hacia las comunidades amazónicas, cuyo papel ha estado relegado por años. Los jesuitas siempre han tenido especial predilección por el asunto indígena desde sus misiones en la selva guaraní donde construyeron reducciones indígenas. No es de extrañar que el jesuita Francisco haya decidido poner en la palestra mediática las problemáticas amazónicas.
Laudato NO
Su postura con respecto a la mujer es más dura. Hace referencia al “orden natural de las cosas, lo femenino y lo masculino”, en la Encíclica Laudato Sí y se asume que ello está predeterminado naturalmente. Esto no es del agrado para grupos LGTBIQ, quienes rechazan este discurso del género como fijo. Aunque en alguna oportunidad se deslizo una posible apertura al tema, queda claro que Francisco no es portavoz de la lucha por la diversidad sexual.
La postura frente al aborto es lo misma que la iglesia ha repetido hasta el cansancio, rechazando el tema y condenándolo. Dice la encíclica:
“No es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto”, Laudato Sí
Las estructuras eclesiales católicas son patriarcales, es innegable. Las mujeres no tienen el mismo acceso a cargos dentro de la Iglesia, los anticonceptivos siguen siendo un tema tabú, así como el divorcio. La alianza de los sectores conservadores con empresas y con el Estado han traído problemas a las comunidades. Los graves encubrimientos a casos de pederastia han manchado la autoridad moral de la Iglesia. Para muchas organizaciones feministas, el gesto del Pontífice que intervenir el Sodalicio a días de su llegada al Perú es irrelevante si invita a un encubridor de pederastas en Chile. El secretismo y silencio ante estos temas genera cuestionamientos que han llevado a las activistas a realizar acciones para hacerle recordar al Papa que no se puede callar ante la impunidad.
Francisco es un Papa polémico, su presencia levanta polvo entre la derecha y la izquierda, los sectores católicos y los no católicos. Ha dado en el clavo para remover faltas conciencias ambientales y le han surgido en el camino, resistencias, porque por más progre que parezca, la Iglesia es patriarcal.